La crisis del Covid-19 coge al sector con las reservas de recursos disponibles para invertir en máximos; los fondos expertos en situaciones difíciles destacan entre los beneficiados.

Aunque el private equity no está vacunado contra el coronavirus y la crisis que ha desatado la epidemia afecta a esta industria en la captación de recursos o a la hora de vender algunas participadas, el impacto del Covid-19 también tiene una derivada positiva para el sector: se anticipa una ola de oportunidades y los fondos españoles están equipados con más de 4.500 millones para aprovecharlas.

Estos inversores están dispuestos a entrar en acción y materializar compras aprovechando una previsible caída de las valoraciones. Los vehículos de fuera de la UE no podrán tomar más del 10% del accionariado de empresas españolas de sectores estratégicos, en virtud del decreto aprobado por el Gobierno para hacer frente al impacto económico del coronavirus, pero no faltarán fondos locales y europeos con intención de sacar partido de esta situación.

El entorno que se vivía desde hace unos años, favorable a los vendedores por la fuerte competitividad entre gestoras, ha cambiado de pronto. «Los dueños que pretendían traspasar compañías a un precio alto ven ahora cómo el parón de actividad que se ha producido daña los resultados y tendrán que rebajar las expectativas», señala el directivo de una entidad española de capital riesgo.

Habrá grupos, incluso, a los que este revés les afecte con mayor gravedad, pese a las iniciativas aprobadas para paliar el golpe, observan fuentes del mercado. Quedarán, así, a tiro de los fondos de reestructuración y de los que son expertos en situaciones difíciles, que, según el criterio generalizado de la industria, son los que pueden salir más beneficiados en este contexto.

En España, la ventana que abre esta crisis imprevista coge al capital riesgo con las reservas en máximos. La patronal Ascri calcula que al cierre de 2019 las gestoras nacionales atesoraban entre 4.500 y 5.000 millones de euros disponibles para invertir, cerca del récord histórico de 5.380 millones registrado en 2008.

El periodo de intensa recaudación que se ha dado después de la crisis financiera -desde 2014, las entidades españolas han captado un importe total de alrededor de 12.000 millones- y las dificultades para desplegar tanto potencial sin caer en los sobreprecios han sido factores claves para alcanzar esta bolsa de recursos con la que ahora se pueden afrontar nuevas inversiones.

Aun así, también habrá obstáculos que salvar. Las opciones para encontrar financiación que acompañe las compras de la industria se han convertido hoy en el principal foco de preocupación.

La inseguridad provocada por el Covid-19 deja en el aire el papel de las entidades encargadas de aportar deuda en las operaciones de los fondos de private equity. «Ahora mismo los bancos no saben si van a poder participar en las transacciones», concluye el responsable de una gestora.

LA CRISIS AMENAZA MÁS DE 2.000 MILLONES DE NUEVOS RECURSOS PARA EL ‘PRIVATE EQUITY’

Los 500 millones de euros que pretendía captar la ya extinta Ventura Equity o los 350 millones que buscaba con dificultades Black Toro Capital pueden no ser las únicas inyecciones de nuevos recursos que no entren en el canal del capital riesgo español este año. La crisis del Covid-19 pone en peligro los más de 2.000 millones que el resto de gestoras del país tratan de recabar en 2020.

La grave situación que ha desatado la epidemia del coronavirus tiene un impacto negativo en las tareas de recaudación del sector del private equity, según apuntan fuentes financieras. La parálisis y la incertidumbre que se derivan de este hecho imprevisto dejan en el aire las asignaciones de muchos inversores institucionales, que revisarán sus estrategias para adaptarlas a la coyuntura, explican.

En la industria española del capital riesgo hay hoy una decena de entidades intentado levantar fondos a distintas velocidades. Descontando las expectativas que tenían Ventura Equity y Black Toro Capital, cuyas iniciativas han fracasado por motivos propios, estos vehículos persiguen un importe agregado superior a los 2.000 millones, con tres proyectos a la cabeza, los de Magnum, MCH y Abac, que se proponen atraer 400 millones, los dos primeros, y 350 millones, el tercero. A ellos se añaden las propuestas de Queka Real Partners (350 millones), Portobello (300 millones), ABE Capital Partners (200 millones), Meridia (125 millones) o Sherpa (100 millones), entre otras.

Parón

La crisis del Covid-19 trastoca los planes de todas estas gestoras, aunque ellas confían en que se trate solo de un parón. «Esto no suma», avisa un directivo del sector de private equity. «La toma de decisiones se va a ralentizar», ahonda. «Es un paréntesis importante y va a hacer que el fundraising se atrase», señala el responsable de uno de los fondos españoles que se encuentran inmersos en este proceso. «Pero, aunque no sabemos si será en 2020, conseguiremos cerrar», pronostica.

Antes de la propagación del coronavirus por el planeta, las condiciones del mercado para recabar recursos ya resultaban más inciertas que en años anteriores. Los efectos de la pandemia son un factor que añade todavía más inquietud en este contexto, indican fuentes financieras.

 

Mamen Ponce de León
expansion.es | Artículo